miércoles, 20 de junio de 2012

La prima de riesgo

No tengo mucha idea de lo que es una prima de riesgo. Me imagino a una muchachina excesivamente cani con la que se mantiene una relación de parentesco. Excesivamente cani y malota. Una muchachina que te mete en líos.
Es gracioso ver cómo la prima de riesgo de España sube y sube en puntuación. En mi cabeza es que va teniendo más y más oros, rollo el collar de Mr. T (M.A. Barracus para los amigos). 
Por otro lado no entiendo lo de la copa de Europa. Hay bares por ahí que ciertos días se juegan contigo el pagar o no las copas. Puede ser mucho más divertido que ver a veintidós chavales correr detrás del balón, y además hace que te olvides, y de forma más efectiva, de la prima de riesgo esa de la que hablábamos antes. A no ser que tengas tú al lado a otra prima de riesgo acompañándote, entonces probablemente tendrás una pelea con alguien que "pasaba por allí".
La selección española de fútbol parece que es, para muchos españoles, la que más papeletas tiene para ser campeona de Europa de nuevo. Hay otros españoles que rezan para que esto no ocurra... y se me ocurre algún encargado de la limpieza de fuentes públicas, o personas que no soportan los ruidos por la noche.
Hace poco vi la propaganda de un grupo de anarquistas, que decían que "volvemos a ser campeones", y aclaraban "campeones de Europa en cifras de paro", entre otras frases ocurrentes. Bueno, Grecia es un duro competidor, pero con esfuerzo, entre todos, podemos hacer como que no existen problemas y darle a la copa. A la de Europa o a la de Ron.
A un servidor, que no le gusta el fútbol en exceso, más bien le gusta en defecto, esto de la eurocopa le parece una tomadura de pelo. Una tomadura de pelo con todas las de la ley. Todo el mundo celebrando la victoria mientras arde Troya.

viernes, 15 de junio de 2012

Barrios Bajos

Otra película más.
Esta es una película producida por la CNT (Confederación Nacional del Trabajo), en 1937, durante la Guerra Civil Española, y en pleno proceso de la Revolución Española. La industria del cine se colectivizó y, de manera autogestionaria, produjeron, los propios trabajadores, películas como esta, o como Aurora de Esperanza. 

La película narra una historia que gira en torno a "El Valencia", un trabajador portuario, concienciado, buena persona, pero que debía un favor a don Ricardo, un señor que debe huir de la policía, y se refugia en la habitación de El Valencia. Pronto, por las buenas intenciones de El Valencia, se ven mezclados en problemas con la burguesía. Redes de trata de blancas, drogaína, y más cosas que podrían salir en una película actual, pero en riguroso blanco y negro. 

La verdad es que he reflexionado mucho gracias a esta película. Por ahí dicen que está ideologizada, ya que los "malos" son "la aristocracia" (error, los malos son la burguesía, encarnada en don Floreal). No encuentro ninguna película en la cual haya malos y buenos que no esté ideologizada de una u otra forma. Un gran acierto de la película es situar a los trabajadores en un plano diferente a la burguesía, y pese a que quizá la trama resulte demasiado infantil, no lo es menos que en películas como "A todo Gas". Y en Barrios Bajos, quienes compran y venden mujeres son quienes tienen el dinero para poder hacerlo. Quienes tienen vicios caros son quienes pueden costearse la cocaína y las prostitutas, que salen en la película como mujeres engañadas a las que meten en ese mundo de forma turbia. También salen vicios de obreros, como el juego, y obreros "no honrados", pero ahí, si es ideologización, se exalta la honradez, la verdad, el cumplir lo prometido.


Una película recomendable, para pasar un rato ameno y además, poder decir que a uno le gusta el cine español, sin pasar por Pajares y Esteso (los cuales me chiflan), o Almonabar. Cuando la industria del cine no tenga liberados ni subvenciones, será otro cantar.

domingo, 3 de junio de 2012

Anticristo, la peli esa del locólogo.

El encuadre en una terapia es muy importante, tanto que si no lo mantienes, puede haber consecuencias muy negativas para el proceso terapéutico. No sólo que no hagas terapia, sino que hagas daño. Esto es algo en lo que se insiste poco dentro de la licenciatura en psicología, o se insistía, porque ahora, con Bolonia, ya es grado, y se puede insistir menos, ya que hay menos tiempo.
Pero ante las deficiencias que puede tener una carrera universitaria respecto a los recovecos del alma humana, para aquellos profesionales que quieren dedicarse a aliviar y sanar el dolor psíquico, está el cine. Si, han escuchado bien. No he dicho la televisión, que con sus reality shows -sobre madres adolescentes, adolescentes en general, gente que va a la tele a contar su vida, etc.- también vale. No he dicho los libros, aburridos y llenos de palabras escritas, como las instrucciones de un DVD, y que además obligan a sumirte en un círculo vicioso de lecturas y más lecturas que acaba destruyéndote como persona (hace poco oí un caso de boca de un señor que decía "me he leído a un señor que se llamaba Kernberg, y eso me obligó a leerme a la Melania Klein, y Melania me mandó a leer a Freud, pero Freud me dijo que fuera a visitar a un tal Lacan... desde entonces mi vida es un infierno"). No se fíen de los libros. Siempre televisión o cine. 
Y de cine vamos a hablar hoy. Una película hecha para psicólogos. Una película hecha para psicólogos de esos a los que se les pasa por la cabeza tratar a todo Dios, familiares, amigos... quien se le ponga por delante. Al diván o a hacer autorregistros -referencia freak para gente que se acuerde de algo de lo que salía en las chuletas de "Técnicas de modificación de conducta"-. Da igual, cobrando o sin cobrar. Lo suyo es tratar... que para eso nos hemos gastado la guita en cinco años de carrera. Bueno, pues para esa gente, ya me entienden ustedes.
La película se llama "Anticristo", y es de Lavontrier. O como se escriba. Está entretenida. Empieza con una escena de sepso en blanco y negro y cámara lenta. Una escena de sexo irresponsable respecto a un churumbel que tenía la pareja, que acaba defenestrado. El resto de la película es la terapia que el señor esposo le hace a la señora esposa para superar un duelo, supuéstamente patológico, por la pérdida del niño. 
Un peliculón para quien se vea tentado, o tentada, a mantener relaciones con pacientes o empacientar a alguien con quien se tengan relaciones. También es importante tener en cuenta que no se debe tratar a alguien por la pérdida del hijo propio. Lo demás, está en la pantalla, mezclado con unas imágenes potentes y una misoginia nada sutil. 
¿Se acuerdan del caso del señor que empezó con Kernberg y acabó con su vida social? No se piensen que ese señor en realdiad soy yo... fue... un amigo íntimo... imaginario.