martes, 21 de febrero de 2012

Un minirrelato de Ciencia Ficción

Los antidisturbios, como ya habrán visto en las noticias cargan contra pequeños demonios vándalos y malvados que pretenden destruir nuestra sociedad con las fuerzas y ánimos que le da la juventud, todo esto en Valencia. Aunque podría ser en cualquier otra parte. En cualquier parte donde los pequeñuelos vuelvan a atacar sin miramientos a la policía. Y digo esto, porque según la prensa, ha habido nada más y nada menos que dieciséis heridos de "carácter leve", ¡once de ellos policías!
Si en una carga policial, donde los agentes van armados, no sólo con porras, gas lacrimógeno y demás adminículos, sino con sendas armaduras con casco incluido, y en que además esos agentes han recibido un entrenamiento especial para disolver a fornidos manifestantes de los de quemar bancos y volcar contenedores -y uno da fe de que lo tienen-, hay once heridos en el bando de la policía y cinco en el bando de los adolescentes, el efecto que tiene la noticia en mi cabeza es como escuchar que la Selección Española de fútbol, la Roja, ha perdido contra el C. D. Albacete Junior en un emocionante partido de fútbol. ¿Son esos los que nos protegen? Madre mía... no quiero pensar en qué harán cuando se enfrenten a un enemigo organizado y de verdad. A lo mejor en lugar de apalear a los niños, tiran directamente de las armas de fuego.
Porque yo, personalmente, no me creo las cifras que daba hoy La Gaceta de Salamanca. Sobre todo, viendo las fotos de los policías apaleando a los chavalucos, y conociendo la eficacia que tienen los agentes cuando se ponen al turrón.
Claro, después de tragarnos varias temporadas de Los Hombres de Paco, puede que seamos más proclives a pensar que los agentes en cuestión se enfrentaban a un enemigo superior. Este otro punto de vista está avalado por los reportajes que salen periódicamente en algunas cadenas de televisión mostrándonos una juventud incontrolable, delincuente, carente de valores y malvada. Pero no nos engañemos, aun siendo todo eso, esos adolescentes y algunos mayores, que haberlos haylos, se manifestaban contra los recortes en la educación, que también afectan a los hijos de los antidisturbios que a duras penas, por lo visto, manejaban sus porras contra un enemigo claramente superior (superior, a mi juicio, en varios aspectos).
Al final, como verán en las noticias y en prensa, todo se ha saldado con unos cuantos detenidos. Que se enfrentarán, probablemente, a un grupo de cargos "standard", porque los que ya hemos estado en estas cosas, intuimos que los agentes podrían tener ya hecha la plantilla para presentar cargos contra los detenidos, aunque no siempre la usen. Claro, ahora tiene sentido que digan que han tenido once heridos, así justifican su violencia.

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