miércoles, 11 de abril de 2012

¡Ay, la Virgen!

Acabo de leer una noticia, en un diario del cual no me fío un pelo, que me ha puesto los mismos de punta. Exclamé horripilado un par de "¡La madre de Dios!", y recordando que aunque suelen darme la misma confianza que un obispo en una guardería, esta vez la noticia tenía visos de verdad, como la leyenda del Cid Campeador.
El caso es que al grupo periodístico del torete (el del logo del toro cojo, no el del Alegre Bandolero) le van a poner una calle en un pueblo de Ávila, señala su propio medio digital. "Calle Interecoyloquesigue".
Leo esto después de haber leído en otros medios que la resistencia pasiva va a ser considerada atentado contra la autoridad, y hacerse eco de convocatorias "para alterar el orden público" será "integración en organización criminal".
Este clima empieza a ser como agobiante. No sé si el hecho de que se legisle una y otra vez en contra de mis libertades civiles (ya sea por lo penal, como pasa con lo mencionado en la noticia, o por lo administrativo, con tanta ordenanza municipal que me puede multar por tender la ropa a deshora), o porque algún día puedo vivir en la calle Jimenez Losantos, o Mario Conde. Imagínense vivir ahí, seguro que a más de uno le gusta. Por el momento, este segundo supuesto parece el menos probable, ya que no tengo la expectativa de poder vivir en mi propia casa hasta que no me compren un buen nicho, o tiren mis cenizas al fondo del mar, con Bob Esponja.
A lo que voy, según el medio este de Intere... el alcalde de La Villa de Mombeltrán, justifica su decisión por, reproduzco literalmente mediante un corta-pega lo que dice el citado medio, "sus valores en defensa de la familia, de los valores nacionales que siempre ha defendido en nuestro país, por su compromiso con nuestras raíces cristianas y por independencia en su línea editorial". Creo que no hace falta comentar mucho más al respecto. Nacional-Catolicismo Power (e independencia editorial, que se debe referir a independencia del mundo real-objetivo).
Creo que eso del liberalismo en España siempre ha tenido una doble moral. Por un lado "muy liberales" y por otro "nacional-católicos", cuando ya se sabe que los ideólogos de ese sistema eran bastante dados al intervencionismo estatal en la economía y en otras facetas de la vida de la gente. Ya podrían ser liberales de esos como Isabel II (según cuentan las malas lenguas), o Rasputín. Del liberalismo divertido, ese que hay culos y tetas.

Los enlaces a las noticias:


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