miércoles, 9 de mayo de 2012

Amanecer Dorado

Lo que podría ser una práctica sexual mañanera, resulta que en realidad es un partido de neonazis, o neofascistas, o algo así, que resulta que ha salido en Grecia como representantes electos de la soberanía popular. Vamos que la democracia griega ha parido un partido de esos "ordenados", o sea, que en principio no van a querer ir a invadir África, pero que piensan que es buena idea poner minas en la frontera para que no entre nadie, y supongo que para que los niños que vivan en el borde del país tengan más formas de jugar a la rayuela.
Un partido de cabezas rapadas, que ya han dado a la sociedad un video en que el lider, un "señor mayor", rodeado de gente de gimnasio con gorras rojas, va increpando a los inmigrantes por la calle, y hablando en griego a gritos, un video divertido que les invito a buscar. 
La gente se lleva las manos a la cabeza. Bueno, la gente no. Los medios de comunicación. Empiezo de nuevo. Los medios de comunicación se llevan las manos a la cabeza hablando de "ingobernabilidad", y asustándose, diciendo que es algo extraordinario que un partido así salga en un parlamento. Aquí hay varias cosas que remarcar del discurso periodístico:
-Hay antecedentes históricos de partidos así que han subido al poder mediante elecciones.
-El discurso periodístico está cargado de alarmismo porque también ha conseguido representación un grupo "de extrema izquierda". ¿Es que la democracia es de los moderados? 
En estos casos es donde se ve que el sistema parlamentario bipartidista este en el que estamos inmersos -el único que permite la "gobernabilidad", la estabilidad del gobierno de un estado- no sirve realmente para representar la soberanía popular, sino para gobernar, es decir, para controlar a la sociedad.
Yo por mi parte, lo siento por los pobres griegos. Por los planes quinquenales de la UE, por los fascistas de centro y por los extremistas, y porque quien pierde siempre, son los mismos, los trabajadores.


1 comentario:

  1. Muy similar a lo que empezo a ocurrir en aquella república de Weimar en el sXX.

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